Nueve de agosto

La duna más alta de Europa. El atardecer en una casa que anteriormente fue una fabrica de caramelos. El jardín de un museo que fue el antiguo Hôtel Biron y que cautivó a Rodin en su momento. Pasar la mañana de domingo de Flohmarkt en Flohmarkt. Pasear por los viejos talleres del Vieux Port . Caminar por el Skogskyrkogården. Visitar una isla en el lago Trasimeno en la que solo habitan 18 ciudadanos. Recorrer los majestuosos jardines de Powerscourt House y acercarme hasta la cascada más alta del país. Bajar por una cuerda hasta alcanzar los estratos rocosos y observar el horizonte tumbada sobre los fysch.

 

¿Qué tienen en común todos estos momentos?

 

Todos son momentos “flâuner”, pero evocan mucho más. La búsqueda de nuevas experiencias, de descubrir nuevas maneras de mirar para luchar contra el tedio del día a día.

 

Todos son nueve de agosto.

 

“¡Asombrosos viajeros! ¡Cuántas nobles historias

cuenta vuestra mirada, honda como los mares!

Abrid ya los estuches donde duerme el recuerdo,

prodigiosas alhajas hechas de astros y de éteres.

 

Emprendemos un viaje sin vapor y sin vela.

Disipemos el tedio que hay en nuestra prisión,

Infundid en las almas, tensas como el velamen,

todos vuestros recuerdos, con su azul de horizontes.

 

¡Oh, decid! ¿Qué habéis visto?

 

Charles Baudelaire